jueves, 3 de septiembre de 2009

Rondando mis pensamientos.

Resoplé frente al papel en blanco. La inspiración podía llegar a ser realmente cargante cuando no se dignaba a aparecer. Suspiré contrariada. La tarde habia sido genial. Sonreia como una tonta sin saber muy bien porque. Me paré a pensar en él. ¿Cómo describirle sin recurrir a empalagosidades? Era perfecto. Sonreí de nuevo al acordarme de su voz, de su risa, siempre acompañada por una perfecta sonrisa, de su pelo; que pelo tan sumamente perfecto. Pero, la perfección es aburrida, ¿verdad? Él no era para nada aburrido. Pasar toda la tarde entre sus sonrisas había sido magnifico. Se me escapó una risita al pensar que quizá lo que estaba escribiendo le iba a hacer ilusión; o hiva, según solía escribia él. ¿Por qué solo podía pensar en la proxima vez? Tenía ganas de verle, y solo hacía unas horas que nos habiamos despedido. Jo, pensé. Quiero volverle a ver. Lo unico malo de todo esto, me dije a mi misma, es que ahora iba a tener que aguantar a un montón de gente llamandome Sisuka, que ya lo estaban haciendo. Suspiré de nuevo. Me es inevitable. Es taaaan mono.

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