domingo, 18 de abril de 2010

Busca un diente de leon y pide un deseo

Meticulosamente perfecta, de una sonrisa abrumadora, se alzaba frente a él con su melena brillando al sol. Se enredaba el pelo entre los dedos en un intento de permanercer distraida del mundo que la rodeaba. Sonreía con cualquier cosa minuscula, una pequeña mariposa voló alrededor de una flor y la hizo deslumbrantemente bella. Con los pies descalzos y el vestido movido por el viento, se sentó en la hierva. "Buh", dijo casi en un susurro. Se levantó de nuevo y fue a la salida del jardín. Pegó una patada a una pelota, se acercó al borde del porche al que acababa de entrar y se calzó sus sandalias. Un niño pasó en bici, casi atropellandole los pies y le sacó la lengua intentando ocultar una sonrisa. Entonces, como por arte de magía, bajó la cabeza y vió un pequeño diente de león. Lo cogió con delicadeza, por miedo a que se esfumara y sopló con fuerza pidiendo un deseo. El mismo deseo de siempre.

1 comentarios:

Smily dijo...

Normalmente cuando tenemos un deseo, es que el que pedimos una y otra vez... ;)
¡Un besazo!

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