El otro día me puse a compartir impresiones con una Ninfa, contandole mis penas. Me dijo, muy bajito, que de todo esto no podia tener la culpa el señor Destino, sino la señorita Suerte, que andaba graciosa últimamente.
Resulta que esa Ninfa tenía razón. La Suerte no me quiere nada.
lunes, 28 de junio de 2010
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1 comentarios:
La suerte solo sirve para ponernos dificultades a la hora de alcanzar nuestro preciado y merecido destino
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