lunes, 18 de octubre de 2010

Me moriré de ganas de decirte que te voy a echar de menos

Sentada en una esquina, con su carita redonda, el flequillo tapando practicamente sus ojos y los carrillos llenos de lágrimas. Así me la encontré cuando entré en la habitación. Sostenía entre sus brazos un pequeño osito de peluche, que apretaba con fuerza contra su pecho. Sorbía la nariz de vez en cuando y se le escapaba algún sollozo. Me acerqué lentamente. Si reparó en mi presencia, no dió muestras de ello. Acaricié su cara y levantó la mirada. Me sonrió entre lágrimas. Se pasó la mano por las mejillas y me abrazó. Con mucha fuerza. Como si fuera el último. Yo la sujeté respondiendo con la misma intensidad. Poco a poco sus brazos fueron cediendo y cuando finalmente le hizo efecto el somnífero se desplomó entre mis brazos.

1 comentarios:

Xikaakira dijo...

Muy buen texto :D y la foto es genial!!!

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