jueves, 20 de enero de 2011

¿Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar?

-¿Y qué era?
-Sus pecas.
-¿Sus pecas?
-Si. Sus pecas y su melena rubia.
-¿Eso que ha hacía tan especial?
-Efectivamente. Cuando la conocí tenía el pelo corto. Y se peinaba a lo garçon.
-¿Dónde la conociste?
-En Paris, la primavera pasada. Yo iba a coger el último tren en la Gare de Austerlitz y apareció derrepente.
-¿Francesa?
-Madrileña. Es más, enamorada de Madrid.
-Vaya. Y, ¿qué pasó?
-Quiso enseñarme a besar.
-¿En serio?
-Eso decía ella- contestó soltando una carcajada.
-Y, ¿entonces?
-Dicen que fui yo el primero en olvidar. Pero ahora...
-¿Ahora?
-Ahora la necesito.
-Te has dado cuenta tarde, ¿verdad?
-Era perfecta. Perfecta queda corto. La echo de menos. Sus labios, sus caricias. Ella.
-¿Y qué piensas hacer?
-Nada, supongo. Acabé por entender que no debemos tratar de volver al lugar en el que fuimos felices.
-¿Por qué?
-No se puede vivir la misma felicidad dos veces seguidas.
-¿Llegaste a vivirla?
-No.
-Y, ¿por qué fue?
-Cobardía supongo.
-Sal ahora mismo de esta habitación, coge el primer tren a Madrid y dile a la cara que no puedes vivir sin ella.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ooh...
Estoy de acuerdo.Atrevete y diselo a la cara, sera mucho mejor de lo que piensas :)

Gossip Girl dijo...

Vaya, Anónimo ha vuelto xD
Sigo sin conocer quien eres. ¿Me lo dirás algún día?

Dulce sonrisa dijo...

I love it *_____*
Pd: ¿Qué? ¿Sigue el misterio del Anónimo? xD

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