martes, 8 de septiembre de 2009

Inquilinos pasajeros del corazón.

-¡Pom, pom!
-¿Si? Adelante.
-Buenas tardes, venía a instalarme aqui.
-Oh, ya ha llegado, bienvenido. ¿Desearía usted que se lo enseñe?
-Por supuesto.
-Acompañeme, por favor.
-Bien, veo que es espacioso. Su dueña debe ser buena persona, el corazón es enorme. Ahí podria instalar la cocina. Y por allí hay buena iluminación, quizá estaria bien una habitación de estudio.
-Lo siento, pero esa zona está ocupada.
-Como... ¿Ocupada?
-Si, esa parte del corazón corresponde al primer amor. No puede usted ni acercarse.
-Pues vaya, a mi nadie me habló de compartir residencia.
-Lo siento, pero esa zona es inviable. No puede ser traspasada por nadie.
-Pues entonces me voy. ¡Con la cantidad de corazones que hay, voy a estar yo compartiendo!
-Lo siento mucho, señor.
-Ya, ya.
Suspiró. Ya era el tercero que se iba por lo mismo.

2 comentarios:

Dara dijo...

Pues peor para la casera, que es la que sale perdiendo.


¡miau
de
palomitas!

Crisis. dijo...

el problema no es cuando ocupan un trocito pequeño... aiiiiss.
un beso!

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