lunes, 13 de diciembre de 2010

All I want for Christmas is you.

Ella adora su cuidad en Navidad y él lo sabe. Por eso ha decidido llevarla al centro, a ese mercadillo que tanto le gusta. Las luces casi consiguen cegarles al salir del metro. Ella se pone su gorrito nada más notar el viento en la cara. Odia el frio. Pero en cambio él le encanta. No se dan la mano, ya no. Antes si lo habrían hecho, pero ya no. Las cosas han cambiado, ¿verdad? Sin decirse nada caminan uno al lado del otro bajando la Gran Via a pasos pequeños, como si quisieran que esa tarde no acabara nunca. Se sonrien, cuentan tonterias, bromas. Ella le pega en el hombro por un comentario tonto que ha hecho, pero aun así no puede evitar soltar una pequeña risita. Siguen descendiendo la calle, sin parar de sonreir. Se paran en un semáforo en rojo. Cara a cara, mirandose a los ojos siguen hablando. Cada vez están más cerca. Un inoportuno pitido les dice que deben continuar su camino. Llegan hasta esa plaza siempre tan concurrida y se acercan a ver que tienen los puestecillos. Uno por uno, los pequeños ojos de ella van analizando cada rincon de los mostradores. Encuentran uno con cosas que de las que le gustan a él, todas de ese color. Se rien pensando como estaría ella con esa ropa. Muy graciosa seguro. Encuentran otro, lleno de gorros. Gorros de todos los tipos, formas y colores. Empiezan a probarselos, a ver quien gana poniendo la cara más divertida delante del espejo y como suponian, ha ganado él. Ella estalla a reir mientras se inclina a por uno de color verde azulado. Él se inclina a su lado. Sus mejillas están muy cerca, se rozan. Demasiado cerca. Se vuelven a separar, para disgusto de ambos. Cuando no les quedan más puestecillos que ver se sientan tranquilamente en un banco. Siguen hablando, de todo y de nada. Ella se sonroja y baja la mirada a cada cumplido que dice él, maquillado entre indirectas. Desgraciadamente llega la hora de irse a casa. Vuelven a subir la calle, disfrutando de cada segundo. Otro semáforo. Ella ya no aguanta más, se acerca a él. Mucho, muchísimo. Él la recuerda lo dificil que es para ambos estar así de cerca. Le besa. Un beso suave en los labios. Él se lo devuelve, aumentadolo. Se separan, ella le mira a los ojos y sonrie. Vuelve a la carga. El semáforo ya está en verde, pero les da igual. Se quieren, para que mentir. Para que, incluso mentirse a si mismo. Él la quiere. Mucho. La abraza, la besa. Como la ha echado de menos. Para ella la palabra querer se queda corta. Siguen besandose hasta que se dan cuenta de que el mundo sigue a su alrededor. El la coge de la mano y llegan al metro.

2 comentarios:

Dulce sonrisa dijo...

Qué potito ^^
¿Tiene algo de real? codazocodazo xD

Nube202 dijo...

Me gusta y mucho, como todas las entradas de tu blog, ya lo sabes :)

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