jueves, 23 de septiembre de 2010

Never coming home.

-De verdad,- dije.- Me compadezco de la idiota que se enamore de tí.- Le sonreí.
-No me digas esas cosas.-Se acercó para besarme, pero yo me eché para atrás.
-¿Para qué? ¿Joderme más, verdad?
-Es solo un beso.
-Un beso, que no significa nada para nadie- ironicé.
-Oh, venga. ¿Que podemos perder?
-Todo.