domingo, 31 de enero de 2010

Y si...

-Y si... ¿el cielo fuera de color verde?
-¿Verde?
-Si, verde. ¿Por qué no?

-No se. Ya tiene suficientes tonalidades, ¿no crees?

-No creo que nunca sean suficientes.
-Bueno, tu dirás.
-Y si... ¿hubiera gatos de color rosa?
-Claro, ya te gustaría.
-Pues si, me gustaría.
-¿Un gato rosa? Por favor.
-No me digas que no serían adorables.
-No.
-Soso... Veamos. Y si... ¿el viento pudiera verse?
-Pues muy probablemente la gente se asustaría, huiría de el y la vida se haría imposible.
-¿Tienes que sacarle a todo una connotación negativa?
-Yo solo intento ponerte los pies sobre la tierra, nada más.
-Con lo bonito que sería poder ver al viento...
-Bueno, sigue diciendome.
-Y si... ¿te quisiera más de lo que te quiero?
-No creo que eso sea posible.
-Cierto. Por una vez te daré la razón.
-Te quiero mucho.
-Y yo a tí.

lunes, 25 de enero de 2010

Delirios de una lechera, que queria ser princesa.

Quiero escaparme contigo. Y como destino... ¿Qué te parece Muy, Muy Lejano? Nadie nos encontrará allí y podremos vivir como siempre hemos querido. Con nuestros ahorros podriamos comprar un modesto palacio de piedra y vivir en él. Seguro que enseguida nos habituamos al frio marmol de las paredes y escaleras. Me regalarás un gato, ¿verdad? Sabes que mi sueño siempre ha sido tener un pequeño gatito llamado Moliere. Y, ¿qué te parecen un par de caballos y un perro? En las cocheras habrá sitio suficiente para todos, ¿no? De todas formas, ya estoy empezando a desvariar y siempre me acaba pasando como a la lechera en su cuento. En realidad lo único que pido es poder subir a lo más alto de la más alta torre y ver como se pone el sol, mientras tu te me acercas sigilosamente por detrás y me abrazas, susurrandome al oido lo mucho que me quieres y cuanto me necesitas a tu lado.

domingo, 10 de enero de 2010

Experimentando con el corazón.

Coge un papel en blanco y dibuja un corazón grande con rotulador rojo. Arruga el folio hasta que quede hecho una bolita. Luego vuelve a intentar alisarlo. Quedan marcas, como cicatrices, ¿verdad?