viernes, 23 de julio de 2010

Lady Peaceful.

Arqueó la espalda y profirió un gemido. El orgasmo le recorió toda la columna vertebral. Resopló por la nariz. Arañó las sabanas azules como si quisiera dejar marca. Volvió a tumbarse por completo. Él se separó de ella, poco a poco. Alzó la cabeza y la miró a los ojos.
-Eres un cabron. Y un gilipollas.
-Seré todo eso, pero sabes que no puedes resistirte a mi.
Volvió a tumbarse a su lado. Le mordió el labio, soltandoselo lentamente y dejó sus labios lo suficientemente cerca como para poder rozarse.
-No, no puedo.

sábado, 17 de julio de 2010

You are the music in me.

Si le das vueltas a la manivela sonará una y otra vez la misma melodía. Una y otra vez.
-¿Qué ha sido ese ruido?
-Acabo de romper otro espejo.
-Eres un caso. Pues tu suma y verás que ya van diecisiete años de mala suerte.

jueves, 15 de julio de 2010

Il était une fois.

Había una vez una princesa encantadora, de pelito corto y oscuro, piel morena y sonrisa deslumbrante. Esta princesa se llamaba Irina. La princesa Irina vivia con toda su corte en un gran castillo junto al mar. Un día decidió ir a visitar otras tierras. Cogió todas sus cosas y viajó a Francia con su séquito. La llegada de la princesa probocó que el pequeño pueblo de Francia en el que habitaría se llenara de colores, música y fiesta. Todo el mundo disfrutó con la celebración de su llegada. Comieron y bebieron hasta altas horas de la noche. La princesa Irina fue conociendo a los habitantes del pueblo y le llamó especialmente la atención uno de ellos: El principe Rodrigo. Éste, era sin duda el más curioso de todos ellos. Tenía una sonrisa bonita. Siempre revoloteaba a su alrededor haciendo bromas y contando chistes. Los días iban pasando y la princesa Irina y el principe Rodrigo se hicieron inseparables. Todas las mañanas daban largos paseos por la cuidad y todas las noches leian el mismo cuento, Peter Pan. Pero pronto llegó el día de la despedida. La princesa Irina estaba realmente triste. El principe Rodrigo no apareció en todo él día. Cuando ya era de noche y la princesa estaba montada en su coche de caballos para partir, de entre la maleza salió el principe Rodrigo montado en su precioso caballo con unas flores en la mano. Se acercó al carruaje de la princesa y ésta se asomó por la ventana. Le dió su ramo de flores y la agarró de la mano. Se inclinó y la dió un suave beso en la mejilla. La princesa Irina sacó de su bolsillo un pequeño pergamino doblado y se lo dió, murmurando muy bajito en su oido: "Je t'aime". El coche de caballos partió y el principe Rodrigo se quedó solo, bajo la luz de la luna.
Cuando el rastro de polvo producido por los caballos se hubo esfumado del todo, el principe Rodrigo desenrolló el pergamino. Escrito con una letra fina y clara ponía lo siguiente:

"Siempre que necesites estar conmigo, podremos vernos en nuestro pais de Nunca Jamás. Ve hasta segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer."

sábado, 3 de julio de 2010

New perspective.

Montañas y prados verdes haciendo frontera con mi pais más favorito. France, here we go.